LEONY EDISSON LÓPEZ NOVAS.
Hoy, al recordar la figura de José Francisco Peña Gómez, nos encontramos ante un legado que trasciende el tiempo y resuena en el corazón de todos aquellos que anhelan un futuro mejor para nuestra nación. Peña Gómez, desde su juventud, se destacó no solo por su carisma y oratoria, sino también por su profundo compromiso con los valores democráticos y la justicia social.
Nacido en 1937, este imponente líder político se convirtió en una de las voces más influyentes de la República Dominicana. Su trayectoria, marcada por la lucha constante por los derechos humanos y la equidad, lo llevó a ser el fundador del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y un ferviente defensor de los más necesitados. A lo largo de su carrera, Peña Gómez abrazó el ideal de una sociedad donde cada ciudadano tuviera oportunidades para prosperar y vivir con dignidad.
Su capacidad para conectar con las masas y su habilidad para comunicar un mensaje de esperanza y cambio le valieron el aprecio y la admiración de muchos. Recuerdo sus discursos apasionados, donde siempre resaltaba la importancia de la unidad y el amor por la patria. Su enfoque incluyente hizo que millones de dominicanos se identificaran con él, haciéndolo no solo un líder político, sino un verdadero líder del pueblo.
En sus años como alcalde de Santo Domingo y candidato presidencial, Peña Gómez demostró una visión clara para el desarrollo del país. Promovió políticas que buscaban fomentar la educación, mejorar la infraestructura y garantizar la participación ciudadana en la política. Su legado es especialmente significativo en tiempos en que las divisiones sociales y económicas eran evidentes, y su voz se alzó como un faro de esperanza.
Hoy existe el PRM bajo la doctrina y pensamiento de nuestro inolvidable líder.
Mi presidente Luis Abinader ha puesto en práctica “Primero la gente” de un gobierno compartido, por la cual como peñagomista y a punto de morir a regresar de un mitin el 14 de mayo del 1994 puedo decir Abinader es un presidente como soñó José Francisco Peña Gómez.
A pesar de los desafíos que enfrentó a lo largo de su vida política, incluyendo la adversidad y la oposición, su espíritu indomable fue inquebrantable. En cada elección, en cada batalla política, Peña Gómez nos enseñó que el verdadero liderazgo implica sacrificio, perseverancia y un amor profundo por la gente.
Hoy, recordamos su valentía, su entrega y su amor por la República Dominicana. Su ausencia se siente, pero su legado perdura en cada rincón del país. Nos inspira a seguir luchando por los ideales que él defendió con tanto fervor. Que su memoria nos sirva de guía en nuestro camino hacia un futuro donde la justicia, la libertad y la igualdad sean una realidad para todos.
Aprovecho la ocasión para recordar grandes figuras peñagomista de la base, doña Rosa Ferreras, Petra Pareyra, Jorge Luis Mesa, (Tato) Martina Báez y Virgilio Gómez entre otros destacados dirigentes, por razón de tiempo no menciono, a todos serán incluidos en libro de mi vida política y la ingratitud de la misma, lo doy de primicias.
José Francisco Peña Gómez, mi líder, siempre estarás en nuestros corazones y pensamientos. Sigamos tus pasos, trabajando juntos por una nación más fuerte y unida. ¡Hasta siempre!